Desde chico fui enfermizo. Es común que cuando me pregunten ¿Cómo estas? mi respuesta sea: Me siento morir. Comienzo en abril con las típicas gripes. Luego en mayo y junio con las amigdalitis. Julio llega con las Bronquitis y las obstrucciones pulmonares, para terminar en octubre con las congestiones. Y dependiendo de cómo se venga el año (o la mala suerte), una que otra gripe en diciembre. En fin. Lo peor de todas estas complicaciones aparte de sentirse “pal’ gato”, es tener que ir de visita al Doctor.
En ciertos casos me resulta detestable ése trámite. Eso de no “cachar” nada de medicina, términos y tratamientos clínicos me hacen sentir en cierta forma un ignorante y un total desvalido. Y uno en esas materias es tan ingenuo, que cae de inmediato en la “buena voluntad” de aquel señor(a), que por 15 minutos (como mínimo en su oficina), pasa a convertirte en tu confidente para después: “si te he visto no me acuerdo”.
Siempre cuando entras a la oficina de su consulta te miran como un ser inferior. Saben que eres un pobre individuo, débil e ignorante. Yo lo tengo claro por que he ido varias veces a las clínicas o consultorios, que por suerte lo único que no cambian son las fichas médicas. El doctor que vi la última vez se “mando cambiar” a Cuba a realizar una especialización (de seguro en playa Del carmen), y la última señorita asistente la echaron por un “condoro” que cometió con un paciente, seducido seguramente por ese lindo “par de ojos” que dejaba mostrar inescrupulosamente.
Cuando uno entra a la “oficina” del Doctor con lo primero que tropiezas es con la camilla. Te hace un montón de preguntas, mientras anota todo lo que uno dice (o casi todo), en un PC o en una libretita (dependiendo si la consulta es por FONASA o particular). Luego te obligan a sacarte la ropa (parcial o totalmente) para ver si estas diciendo la verdad. ¿Qué te duele? Toce para ver si tienes flemas. ¿Al respirar, sientes que te silva el pecho? ¿Puedes dormir en las noches? A ver tus amígdalas. Etc… etc!! Todos esos exámenes intimidatorios te quieren decir: No te creo nada, eres un hipocondríaco o mas bien un “pilluelo” que no quiere ir a trabajar o asistir algún examen que a última hora no estudiaste.
Después que aquel señor desconocido de manos frías te ha manoseado hasta mas no poder, se aleja de ti, dejándote sobre ésa camilla que arriba tiene un papel confort gigante. Cuando ya se sienta en su escritorio, mientras tu te quedas desnudo y preocupado por tu situación, te grita a lo lejos: “Ya vístete”. Frase que te diferencia sólo por un “le pago con un bono no?” de una prostituta. Entonces, cuando ya logras vestirte de forma incómoda, te sienta nuevamente en frente de su escritorio (como si vinieras a pedirle empleo), mientras a ti te sudan las manos de preocupación y con la expectativa de saber si tienes tuberculosis o si sólo necesitas una aspirina.
Ahí viene la parte en donde te da una pila de medicamentos que pueden ser: Clorfenamina y Paracetamol 500 mg cada 8 horas. O si la cosa es mas grave Tetraciclina 500 mg más Salbutamol por 15 días cada 8 horas. Y no faltan aquellos doctores “zarpados” que te dicen “patúamente”: Póngase de espalda sobre la camilla que le pondremos una inyección. Y otros doctores que te mandan hacer unos tediosos exámenes, para buscar que se yo… estreptococos, bacilococos y todos los bichos de la familia cocos habidos y por haber en la sangre.
Al final vienen las risitas fingidas y preguntas varias sobre tu vida (dependiendo si la visita se hizo corta) y un hasta luego. Ah!! Y no falta el que al final te dice: Si las molestias persisten no dude en volver a visitarme. Sin duda desagradable. Pero no me queda otra. Otra vez de visita al Doctor.
[[ A mis amigos Doctores y a los que estudian Medicina, por favor no se molesten, fué con todo mi cariño (Jijiji...) ]]