miércoles, 30 de agosto de 2006

Historia... De Una Vez Contigo

Ahora, he comenzado a ver lo bello de un principio y lo triste de un final, en una historia singular, corta, pero a la vez intensa.
_______________________________________________________
--
En esa ocasión nos sentamos juntos en la “micro”. Estábamos totalmente desorientados y sin tener idea del trayecto. Nuestro objetivo era llegar al Terminal de Buses de aquella ciudad, desconocida para nosotros. Mientras recorríamos el centro, nos íbamos quedando solos en el microbús. Luego de pasado un rato, me dices: Me llevas apretando contra la ventana!. Las excusas que te di sólo me hicieron ver más ridículo. Pero como te lo dije en ese momento (casi susurrando y un tanto avergonzado), "me gustaba la idea de sentirte cerca". Cuando me decidí a cambiar de puesto, para no molestarte más, me dices entusiasta: No te preocupes, no ahí problema… a mí también... Te miro feliz y tu también. Y así nos fuimos... mirándonos el uno al otro. Contentos por lo que comenzábamos a sentir, no importando a donde nos dirigíamos.
--
Después de 20 minutos, la imagen de un potrero inundado que se mostraba por el ventanal izquierdo del microbús, nos decía que nos habíamos perdidos. _ ¡Ya pasamos el Terminal hace 15 minutos! Les avisé pero parece que no me escucharon. Fue la respuesta del chofer al vernos preocupados. La solución que nos dió aquel señor era, que si tomábamos cualquier microbús que pasara por al frente, nos dejaría justo afuera del Terminal dentro de 20 minutos más de viaje. Nos bajamos muertos de la risa. En ése entonces, perdidos y mojados bajo la lluvia, se seguiría escribiendo lo que sería nuestra historia.
--
Ha pasado un buen tiempo después de aquella vez juntos, y muchos vaivenes entre nosotros. Ahora, he comenzado a ver lo bello de un principio y lo triste de un final, en una historia singular, corta, pero a la vez intensa. Todo entre nosotros ya está dicho. Solamente me resta, dar vuelta la página del último capítulo, de lo que fue... nuestra historia. --

Si tanto he esperado...
poder sentir algo tan grande,
es muy triste,
ver su final.

miércoles, 23 de agosto de 2006

De Visita al Doctor



Desde chico fui enfermizo. Es común que cuando me pregunten ¿Cómo estas? mi respuesta sea: Me siento morir. Comienzo en abril con las típicas gripes. Luego en mayo y junio con las amigdalitis. Julio llega con las Bronquitis y las obstrucciones pulmonares, para terminar en octubre con las congestiones. Y dependiendo de cómo se venga el año (o la mala suerte), una que otra gripe en diciembre. En fin. Lo peor de todas estas complicaciones aparte de sentirse “pal’ gato”, es tener que ir de visita al Doctor.

En ciertos casos me resulta detestable ése trámite. Eso de no “cachar” nada de medicina, términos y tratamientos clínicos me hacen sentir en cierta forma un ignorante y un total desvalido. Y uno en esas materias es tan ingenuo, que cae de inmediato en la “buena voluntad” de aquel señor(a), que por 15 minutos (como mínimo en su oficina), pasa a convertirte en tu confidente para después: “si te he visto no me acuerdo”.

Siempre cuando entras a la oficina de su consulta te miran como un ser inferior. Saben que eres un pobre individuo, débil e ignorante. Yo lo tengo claro por que he ido varias veces a las clínicas o consultorios, que por suerte lo único que no cambian son las fichas médicas. El doctor que vi la última vez se “mando cambiar” a Cuba a realizar una especialización (de seguro en playa Del carmen), y la última señorita asistente la echaron por un “condoro” que cometió con un paciente, seducido seguramente por ese lindo “par de ojos” que dejaba mostrar inescrupulosamente.

Cuando uno entra a la “oficina” del Doctor con lo primero que tropiezas es con la camilla. Te hace un montón de preguntas, mientras anota todo lo que uno dice (o casi todo), en un PC o en una libretita (dependiendo si la consulta es por FONASA o particular). Luego te obligan a sacarte la ropa (parcial o totalmente) para ver si estas diciendo la verdad. ¿Qué te duele? Toce para ver si tienes flemas. ¿Al respirar, sientes que te silva el pecho? ¿Puedes dormir en las noches? A ver tus amígdalas. Etc… etc!! Todos esos exámenes intimidatorios te quieren decir: No te creo nada, eres un hipocondríaco o mas bien un “pilluelo” que no quiere ir a trabajar o asistir algún examen que a última hora no estudiaste.

Después que aquel señor desconocido de manos frías te ha manoseado hasta mas no poder, se aleja de ti, dejándote sobre ésa camilla que arriba tiene un papel confort gigante. Cuando ya se sienta en su escritorio, mientras tu te quedas desnudo y preocupado por tu situación, te grita a lo lejos: “Ya vístete”. Frase que te diferencia sólo por un “le pago con un bono no?” de una prostituta. Entonces, cuando ya logras vestirte de forma incómoda, te sienta nuevamente en frente de su escritorio (como si vinieras a pedirle empleo), mientras a ti te sudan las manos de preocupación y con la expectativa de saber si tienes tuberculosis o si sólo necesitas una aspirina.

Ahí viene la parte en donde te da una pila de medicamentos que pueden ser: Clorfenamina y Paracetamol 500 mg cada 8 horas. O si la cosa es mas grave Tetraciclina 500 mg más Salbutamol por 15 días cada 8 horas. Y no faltan aquellos doctores “zarpados” que te dicen “patúamente”: Póngase de espalda sobre la camilla que le pondremos una inyección. Y otros doctores que te mandan hacer unos tediosos exámenes, para buscar que se yo… estreptococos, bacilococos y todos los bichos de la familia cocos habidos y por haber en la sangre.

Al final vienen las risitas fingidas y preguntas varias sobre tu vida (dependiendo si la visita se hizo corta) y un hasta luego. Ah!! Y no falta el que al final te dice: Si las molestias persisten no dude en volver a visitarme. Sin duda desagradable. Pero no me queda otra. Otra vez de visita al Doctor.


[[ A mis amigos Doctores y a los que estudian Medicina, por favor no se molesten, fué con todo mi cariño (Jijiji...) ]]

martes, 8 de agosto de 2006

Andando en Bicicleta


"La vita é come andare en bicicletta. Solamente Lei
precipita se Lei ferma pedalare"

"Viver é como andar de bicicleta. Você só cai
se parar de pedalar"


"Vivir es cómo andar en bicicleta. Sólo te caes
si dejas de pedalear"




Claude Pepper

martes, 1 de agosto de 2006

Te Recuerdo Marcia


Hay momentos en la vida en que nada resulta y todo termina
en malos ratos. Es en ésos instantes, cuando recurro a los gratos recuerdos de aquellas personas que en algún momento de mi vida, han contribuido en mi crecimiento personal, y que ahora por distintas razones ya no están cerca.

De entre tantos amigos, se me viene a la memoria mi ex compañera de carrera, Marcia. La otra vez cuando me llamó, fue una grata sorpresa volver a escuchar su amable voz y sentir su simpatía tan cerca otra vez. Me llevó a recordar viejas fases olvidadas, que en cierto modo necesitaba recordar.

Junto a ella pasamos muchas etapas comunes en nuestra vida universitaria. De un eficiente equipo “simbionte” de estudio e investigación, pasamos a ser testigos de nuestras propias desventuras y logros. Compartimos momentos de festejos, diversión, penitas varias, pero también de mucha risa. Lo que mas recuerdo de ella en éste minuto, es la típica frase: “¡Pero Adán!… tienes que ver el lado positivo a toda la situación”, que en un tono de broma y seriedad me decía, cada vez que le contaba o se enteraba de mis cuitas. Y siempre que yo lo hacía, las conclusiones eran carcajadas unánimes por lo absurdo que podrían resultar algunos problemas.

Ambos compartimos una misma afición por la agronomía, la ciencia, el bien común, el cine, las series de TV, los animales y sobre todo… los gatos. Destaco de ella su tolerancia y enorme paciencia, no sólo conmigo. Es de aquellas personas que estan dispuestas a escuchar en todo momento. Nuestras charlas se caracterizaban por un humor irónico y una mirada a veces soñadora de la vida. Recuerdo, cuando intentábamos arreglar el mundo cada vez que caminábamos esos 30 minutos por la avenida Pablo Neruda rumbo a nuestras casas, aún aguantando el frío y la lluvia de Temuco. O cuando nos reíamos en el laboratorio de Química junto al Pancho, el Esteban y la Paula, hablando “cada cosa” de los distintos personajes que nos rodeaban.

Ya será un año que no nos vemos. El destino que una vez nos unió en etapas comunes, te envió al interior del desierto de Atacama a ejercer tu profesión, siendo nacida y criada en el Sur de Chile. Es mucha la distancia entre nosotros, pero las ganas de sentarnos a conversar de la vida, ya sea caminando a través del smog de Temuco o al calor de una estufa tomando café, están más viva que nunca.

De verdad te hecho mucho de menos mi querida amiga. Como a muchos de nuestros amigos y compañeros. Espero que muy pronto podamos volver a encontrarnos. Se que lees mi Blog allá en Atacama y desde acá te deseo a través de mis palabras; ¡Toda la suerte del mundo! Muchos cariños y un fuerte abrazo. Desde siempre tu amigo y hermano: Sólo Adán.