lunes, 21 de mayo de 2007

Método De Interrogatorio

Algunos dicen que es “mal de familia”. Yo lo he podido comprobar con mis hermanos desde muy pequeño. Hasta el momento, sólo una persona me ha dicho que hablo cuando estoy durmiendo. Situación muy rara por lo demás.

Días atrás, existía una gran incertidumbre en mi hogar. Estábamos todos intrigados por la ausencia de mi cuñado, el novio de mi hermana mayor, que por días no se veía por la cocina de mi casa tratando de sorprendernos con algunos de sus platos exóticos. De seguro, algo había pasado entre él y mi hermana. Pero como ella es bien reservada con sus asuntos, y algo mal genio cuando se trata de sacarle información, sólo nos quedó hacernos suposiciones de lo que pudiese haber pasado entre ellos.

Y es que tanta paz y orden en la cocina no parecía normal. La curiosidad por saber las razones se hacía colectiva y urgente. Era necesario buscar alguna explicación. Fue así, que apelando a pasadas experiencias de adolescente, se me ocurrió visitar a mi hermana mientras cumplía con su siesta dominguera. La técnica consistía en sorprenderla con un sueño bien profundo, mover suavemente su cobertor y hablarle fuerte y claro:
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_ ¿Y el Martín? ¿Por qué no viene?_ Le pregunté.
_ ¿Ah? ¡Mejor ni me preguntes por él!_ Me respondió somnolienta.
_ ¿Por qué? ¿Que les pasó?
_ Estamos peleados.
_ ¿Y por qué?
_ ¡Por Huevón!_ Cubrió su cabeza y se dió vuelta para seguir durmiendo.

Satisfecho con la información adquirida, no me quedó otra que transmitirla. Al fin y al cabo, así lo pedía el público.

Mi hermana nunca sospechó de la conversación que tuvo conmigo mientras dormía, a pesar de todas las pistas que le dieron mis demás hermanos que trataban de comprobar la eficiencia de la nueva técnica interrogatoria.

Así que cada vez que Martín no llega a la casa por situaciones incógnitas, es porque simplemente discutió con mi hermana. El motivo desde ahora todos lo sabremos: Por “Huevón”.

Dicho Popular III


Si Te he Visto... No me Acuerdo